elDiario.es| Las futbolistas de la selección española que ganaron el Mundial ven insuficientes las medidas tomadas hasta ahora en la Federación y mantienen su rechazo a ser convocadas. La nueva seleccionadora, Montse Tomé, debe anunciar este viernes a las 16.00 horas su primera convocatoria.
Las compañeras de equipo de Jenni Hermoso, junto a otras 58 jugadoras, defendieron en un comunicado conjunto el pasado 25 de agosto que no volverían “si continúan los actuales dirigentes” tras el beso forzado en Sídney por parte del expresidente de la Federación, Luis Rubiales. El conjunto nacional publicó el documento después de la comparecencia en la que el entonces máximo mandatario del fútbol español se negó a renunciar al cargo porque un “falso feminismo” pretendía su “asesinato social”.
Todo indicaba que el beso iba a remover algunas estructuras del fútbol femenino con las que las jugadoras han tenido que lidiar siempre. Sin embargo, las condiciones para volver a aceptar una convocatoria de la Selección se mostraron difusas. En el documento no se concretaba a cuántos miembros del organismo y a quiénes consideraban parte del problema.
Poco después, la FIFA suspendió temporalmente a Rubiales de su cargo de presidente de la Federación, en un periodo inicial de 90 días. Cuando la mano derecha de Rubiales, Pedro Rocha, se sentó en la silla de presidente de la Federación lo hizo sabiendo que los cambios eran necesarios. Para empezar, el nuevo presidente borró los diferentes comunicados del organismo en los que se hacían afirmaciones como que la jugadora había sido “abducida por el sindicato”. Después de su eliminación, Rocha los calificó de “inapropiados” y salió a pedir disculpas en nombre de la RFEF por “el comportamiento inaceptable de su máximo representante institucional durante la final del Mundial”. El siguiente movimiento implicó al entrenador del conjunto nacional, Jorge Vilda, al que destituyó para nombrar en el cargo a Montse Tomé, que se convertía así en la primera mujer seleccionadora del país. Sin embargo, las futbolistas interpretaron su nombramiento como un nuevo intento de renovación del organismo sin la salida real del autor del beso no consentido.
Fue el movimiento social ‘Se Acabó’ el que cerró las pocas puertas que le quedaban abiertas a Rubiales, quien tras la declaración de Jenni Hermoso en la Fiscalía supo que iba a resultar difícil volver al cargo. “Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español. Entre otras cosas, porque hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta”, afirmó Rubiales en la renuncia. En cambio, ni el gran poder institucional de la Federación ni la desigualdad de las jugadoras de la Selección respecto al conjunto masculino se solucionan con la huida de Rubiales. A una semana del primer partido de la Selección femenina en la Nations League, las especulaciones sobre la decisión de las futbolistas no han escaseado desde la dimisión.
En su visita a El Hormiguero este lunes, la autora del gol de la final, Olga Carmona, aseguró que las jugadoras tenían una conversación pendiente respecto a la decisión que tomar: “Queremos condiciones para seguir creciendo”. El mismo día, su compañera Alba Redondo añadió en La Resistencia que una condición imprescindible para volver a la Selección era que un episodio así “no puede suceder nunca más”.
Respecto al enorme poder de la Real Federación Española de Fútbol, Víctor Francos, secretario de Estado de Deporte, lamentó en una entrevista con este medio el papel limitado del TAD y los “escasos” cambios que ha realizado la RFEF: “Hay que hacer una reflexión sobre el TAD, porque no ha estado a la altura de lo que esperaba la sociedad española”. Francos afirmó, además, que desde el gobierno se iban a exigir a la federación los cambios que pidan las jugadoras.