- La ministra no ha aclarado en su comparecencia en el Congreso ninguna de las incógnitas que pesan sobre la tragedia, evitando en todo momento referirse a Trillo
PUBLICO.ES -MADRID.- La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha acabado por pedir «perdón en nombre del Estado» casi 14 años después a los familiares de los 62 militares fallecidos en la tragedia del avión Yak-42. Lo ha hecho ante la Comisión de Defensa del Congreso, donde ha comparecido para informar sobre el dictamen del Consejo de Estado sobre los hechos.
«Es una cuestión importante y de reconocimiento y no tengo ningún problema en pedir perdón en nombre del Estado por no haber reconocido con anterioridad la responsabilidad del Estado a los familiares», ha cedido Cospedal después de que tanto el PSOE como Unidos Podemos, Ciudadanos y otros grupos de la oposición le hubieran exigido a la ministra que pidiera perdón, algo que no hizo cuando tuvo la oportunidad en su exposición inicial ante los diputados. «Lo hago de corazón», ha asegurado.
La ministra ha puesto punto y final de esta forma a una política de negación de toda resopnsabilidad que el PP ha intentado mantener incluso tras la salida a la luz pública de las conclusiones del Consejo de Estado, que señalaban sin dudar al Ministerio de Defensa como responsable de la tragedia. Miembros de la dirección del PP han expresado su conformidad con este cambio de rumbo protagonizada por su secretaria general.
«Se podía haber hecho antes», han expresado a este medio.
Este paso no estaba premeditado. Al menos no en un principio, ya que la ministra no ha pedido perdón en su primera oportunidad, durante su exposición inicial, sino en un segundo turno y tras haber recibido la presión de todos los grupos de la oposición.
Cospedal no ha querido mencionar ni una sola vez a Trillo, pese a ser instada a ello por todos los grupos de la oposición
Sin embargo, esa ha sido uno de sus pocas concesiones a la comisión, ya que si en su primera intervención la ministra ha evitado dar ningún detalle sobre los puntos oscuros de la tragedia, cuando los diputados han insistido en ellos con sus preguntas, Cospedal no ha querido, o no ha sido capaz, de levantar definitivamente el velo que casi 14 años después todavía oculta aspectos relacionados con el Yak-42. Tampoco ha mencionado ni una sola vez a Federico Trillo, pese a la insistencia de la oposición.
Así, la ministra no ha podido explicar dónde ha ido a parar la suma que versa entre los 149.000 euros que pagó Defensa por el vuelo y los 36.500 euros que abonó finalmente NAMSA (la agencia de la OTAN que gestionaba el transporte de los militares españoles) a la compañía ucraniana que lo operó.
«Lo que sabemos hoy, a la espera de una certificación oficial de NAMSA, es que esos 149.000 que habría pagado el estado español, no se llegaron a pagar», ha manifestado Cospedal. El motivo, ha continuado la ministra, es que «NAMSA no llego a realizar el servicio, que era el de transportar a España a los soldados españoles».
Tampoco ha sido capaz de explicar Cospedal dónde se encuentran los contratos de los 42 vuelos que NAMSA gestionó para las Fuerzas Armadas antes de que el Yak-42 se estrellara junto a sus 75 tripulantes cerca del aeropuerto de Trabzon (Turquía).
«No es que los contratos hayan estado en el Ministerio y hayan desaparecido, es que nunca ha estado en el Ministerio», ha asegurado la ministra en sede parlamentaria, recordando que apenas un año después de la catástrofe, el entonces ministro socialista José Bono «levantó todas las alfombras» en la sede de Defensa en un intento por encontrarlos, sin éxito.
«Vamos a intentar conocer todo lo que podamos, pero es muy difícil que podamos ir más allá de lo que se fue hace 13 años«, ha confesado Cospedal, en un argumentario que ha repetido en varias ocasiones durante las casi tres horas que ha durado su exposición ante los diputados: «No había un contrato formal, sino una orden de aceptación del vuelo. No digo que no hayan podido estar en NAMSA y los vamos a intentar encontrar, pero en el Ministerio no consta que hayan estado, por la documentación que tenemos».
Defensa no contrató el seguro obligatorio para los pasajeros del Yak-42 y los contratos de los 42 vuelos anteriores ayudarían a aclarar si lo hizo en alguno de ellos
Sobre estos contratos pivotan varias de las incógnitas que aún perduran sobre el Yak-42. Por un lado, desvelarían si Defensa pagaba el seguro de viaje que estaba obligada a contratar para los militares, algo que no hizo en el caso de los que viajaban avión siniestrado. En este caso, la no contratación del seguro supuso que la indemnización a los familiares de los fallecidos corriera a cargo de las arcas públicas.
Por otro, podrían revelar un agujero de varios millones de euros entre lo que pagaba Defensa y lo que finalmente recibían las compañías aéreas que transportaban a los militares (según declaró un alto mando militar en el juicio por la incorrecta identificación de los restos de las víctimas, el desfase llegó a los tres millones de euros).
Tras la insistencia de los diputados en que se especificara la cuantía que recibieron los intermediarios que entraron en juego para la contratación del Yak-42, la ministra ha expuesto que, según los cálculos del Ministerio, la cifra se eleva a más de 50.000 euros. Cospedal lo ha enmarcado en el «funcionamiento normal del mercado» cuando se volaba a lugar de conflicto.
Con tiempo para alabar las mejoras del Ministerio
En su primera intervención en la comisión de Defensa Cospedal ha esquivado pedir perdón a las víctimas o referirse a Trillo, responsable del Ministerio en la época en la que el Consejo de Estado señala que pudieron haberse tomado medidas para evitar la catástrofe del Yak-42. Sin embargo, ha decidido dedicar sus últimas palabras en este turno de palabra a resumir los procesos en los que Defensa ha mejorado desde entonces.
La ministra ha hecho referencia en este caso a la puesta en marcha de herramientas para escuchar las quejas de los militares. Defensa, antes de que el Yak-42 se estrellara en las cercanías del aeropuerto de Trabzon (Turquía), había recibido al menos 14 quejas elevadas por mandos militares.