Lobos y pirañas hacen caza común en el caso Soria, inmaculados ellos

Un PP, especialmente en Canarias a la deriva. El hasta hace apenas horas líder indiscutible y ministro de Industria, Comercio y Turismo, José Manuel Soria, pone su Mando en «desierto». Difícil, muy difícil, podrá reemplazarle nadie del partido en estas islas.

Su trayectoria política, al margen de cazas de brujas, inquinas y fobias impertinentes que rayan la injuria y la maldad para destruirle, ha sido arrasadora y de altura. Los enemigos se han dedicado más que a investigar, a premeditadamente ir a por él, sumergiéndose en las cloacas para sacar su nombre y procederes en esos manidos papales de Panamá.

Siendo que, esas atribuciones que se le imputan como beneficiario en ese «culebrón» de paraísos fiscales, datan de años luz en el tiempo, no parece relevante ni censurable que ahora se pretenda hacer causa memorable alguna con el único fin, de venganza.

Porque si hay algo más miserable que trate de ser digno, es la intoxicación, manipulación, e informar con fines partidistas y al dictado, de quienes se creen santos de la devoción y están manchados de mierda.

En la cacería al ministro, los hay, no para que dimitan, sino por decencia y pulcritud a la profesión periodística desaparecieran de la faz de la tierra. Embaucadores. Esos que critican y se han lanzado a la yugular del exministro aprovechando» el patinazo”, deberían de comulgar. Porque probable estén en cuarentena por su infección aberrante a desparramar olores contaminantes y se hacen los saludables a sabiendas que están llenos de porquería.