Matthew Parkes, un británico de 38 años, ha denunciado el trato recibido por Ryanair cuando intentaba volver de vacaciones, de Málaga a Manchester. Según cuenta en el Manchester Evening News, el personal de la compañía en el aeropuerto de la capital andaluza le dijo que no podía ir en la silla de ruedas que usa por tener las dos piernas amputadas, así que debía «arrastrarse» a lo largo de dos rampas, una tanda de escaleras y, finalmente, la pista de despegue, hasta llegar al avión.
Cuando el usuario se negó a hacerlo, sostiene que lo llevaron hasta la aeronave en una camilla, a la vista de todos los demás pasajeros. «Me arrastraron hacia atrás desde la parte delantera a la parte trasera del avión, golpeando a la gente» Eso lo hizo sentir «como un ciudadano de segunda clase», señala.
Sin embargo, Ryanair ha asegurado al diario británico que Parkes recibió la ayuda habitual en personas con movilidad reducida y que «hasta donde saben, no es cierto» lo que ha denunciado.
El pasajero viajaba acompañado de su hija de cuatro años y de su esposa, que insiste en que se quejó tanto al personal de tierra como al de cabina y que tiene previsto presentar una denuncia formal por lo sucedido.
«Ryanair me hizo sentir humillado y como que no le importaba», dice Parkes, a quien hubo que amputar parcialmente ambas piernas tras una sepsis, cuando estaba de vacaciones hace un año en Mallorca. El de Málaga era su primer viaje desde que usa silla de ruedas y prótesis.